Hace aproximadamente un año, astrónomos aficionados ponían en un brete a la Fuerza Aérea de Estados Unidos al descubrir la órbita de un misterioso
avión espía llamado X-37B, apodado
«baby-shuttle», que las autoridades se habían esforzado por mantener en el más riguroso de los secretos. Tanto que ni siquiera se sabía con certeza cuál era su misión. Ya sea por simple curiosidad o como un reto de inteligencia y perspicacia -¿a quién no le emociona ser capaz de desafiar al Pentágono?- ciudadanos anónimos con la única arma de sus telescopios no solo fueron capaces de encontrar la nave en el espacio sino que, además, publicaron
imágenes y vídeos en internet. Ahora, la historia vuelve a repetirse, aunque
los satélites espía fotografiados son aún más. Los autores son los astrofotógrafos franceses
Thierry Legault y Emmanuel Rietsch, unos auténticos cazadores de fenómenos astronómicos que también atinan a
descubrir en el cielo lo que los gobiernos intentan mantener oculto en todo momento.
Las imágenes de estos artefactos pueden contemplarse
la web de Thierry y en
otros sitios de la Red. Una de ellas corresponde al famoso
X-37B y fue tomada el pasado 21 de mayo. Llama la atención la continua presencia de este pequeño avión de casi nueve metros de largo bajo los focos, cuando fue construido y lanzado bajo un secretismo tan grande que disparó las especulaciones en torno a una posible militarización del espacio. También hay colgadas fotos del
USA-186 Keyhole y del
Lacrosse-3, también norteamericano.
El espacio está plagado de satélites espías de distintos tamaños destinados a fines militares, antiterroristas y quién sabe a qué más. Qué es lo que hacen y dónde se encuentran exactamente es algo absolutamente secreto, pero estos dos aficionados franceses solo necesitan un telescopioTakahashi EM400 modificado, una cámara de vídeo y algún que otro instrumento más para conocer exactamente cuál es la posición de algunos de estos satélites.
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