viernes, 1 de julio de 2011
Ese extraño hombre blanco
Este vídeo de 1976 muestra a una tribu en Papua, Nueva Guinea, los Tulambi, que jamás antes se había encontrado con un hombre blanco en su camino. Nunca antes habían visto el fruto de la “civilización moderna”, ni objetos tecnológicos como una cámara de fotos o un espejo. La sorpresa y extrañeza de sus caras es un poema digno de leer. Me pregunto cómo se sentiría ese hombre blanco.
Qué distinta hubiera sido la historia más común de la Humanidad si los contactos entre culturas hubieran sido mínimamente como este es decir, marcados por el asombro, la curiosidad mutua, el respeto, la paz y un legítimo deseo de conocimiento e intercambio que condujera (como en este material), a la celebración del encuentro y el júbilo y no jalonados por la lógica de la codicia, la apropiación, la violencia, el deseo de dominación y la usura del visitante (blanco) que ya harto conocemos. Desde luego, los valores que regirían la civilización en la que vivimos serían otros, no estaríamos tan enfermos, tan neuróticos y estresados, tan temerosos y controlados, tan divididos y confusos. Esos habitantes inquietos y curiosos, precavidos y respetuosos ante la presencia del hombre blanco, poseen tal vez todo lo que hemos perdido: la conexión íntima y profunda con la naturaleza, la capacidad de vivir en equilibrio y retroalimentación con su entorno. No necesitan más.
El documento se nos presenta como una excelente alegoría antropológica, como un modelo de lo que deberían ser los contactos entre culturas, comunidades o civilizaciones diferentes.
fuentes: tryniti a tierra,http://jpdutilleux.com/film.html,
Publicado por
madriguera
en
14:04
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